Voluntariado en Tenerife. Nuestra primera experiencia
Cuando pagamos por primera vez nuestra membresía en Worldpackers para realizar nuestra primera experiencia de voluntariado, fue porque nos encontrábamos en una situación límite, aunque esa es una historia para otro post, y terminamos haciendo uso de la misma varios meses después, nuestro primer voluntariado en Tenerife.
Teníamos en nuestro calendario a noviembre en blanco, sin idea de qué hacer durante ese mes, justo recordamos a un amigo que nos había recomendado conocer Tenerife un tiempo atrás. Viajar a conocer la isla no es muy barato que digamos, y quedarse un mes completo ni te cuento. Ahí fue que se nos ocurrió la idea buscar un voluntariado en la isla de la eterna primavera, y dimos con la oportunidad de hacerlo en un hostel. Aplicamos, quedamos y cuando llegó el día para allá fuimos.
Una nueva experiencia para nosotros en un lugar completamente distinto, más cerca de África que de Europa, y que por más que pertenezca a España luce en muchos aspectos a un país diferente.
Llegamos, muy cansados por haber estado casi todo octubre viajando y este último viaje que también por si solo fue largo y cansador, y nos recibieron nuestros compañeros voluntarios. Ya la primera impresión fue la de sentir un ambiente espectacular, un compañerismo que rozaba lo familiar y eso que llegamos de noche, saludamos y nos fuimos a dormir.
Al otro día no hicimos más que confirmar esa grata sensación, comenzamos a conocer un poco mejor a nuestros compañeros, a nuestro manager, comenzamos a enterarnos de las tareas que debíamos a realizar como voluntarios; recepción (reservas, check-in/out), limpieza de habitaciones, baños, lavandería, preparar el desayuno, servir el desayuno, actividades extras (noche de empanadas, fiestas, etc.) Todo un mundo nuevo para nosotros, mucho por aprender, incorporar, absorber, pero siempre de manera amena, placentera se podría decir porque como dijimos antes el ambiente era excelente. No queremos romantizar con esto, simplemente expresamos nuestra experiencia la cual afortunadamente fue esta y que por supuesto ha tenido cosas buenas y malas, pero en general fue totalmente positiva. Quizás no sea así en todos los casos, pero por lo general en los voluntariados predominan estas buenas energías, justamente esa es la idea y la definición del objetivo.
Entonces empezaron nuestros días como voluntarios; las tareas de orden, limpieza y lavandería son relativamente sencillas, recepción ya requiere un poco más de énfasis; aprendimos a utilizar la plataforma que utilizan para las reservas, ingresar y egresar a los “guest”, recibirlos en persona, mostrarles el hostel, explicarles las reglas, los usos y horarios. La mayoría de las veces en inglés, algo difícil para nosotros pero claramente beneficioso ponerlo en práctica e ir mejorando nuestro nivel en el idioma. Luego la cocina, preparar el desayuno en el turno de la siesta y dejarlo listo para la mañana siguiente; bandejas de fiambres, de tomates, preparar hummus, huevo duro, chequear que no falten cereales, jugos, leches, el café, etc. Luego cocinar panes… tortas… para Caro fácil y divertido, para mi (Pedro) otra historia… con paciencia se aprende todo y al final termina siendo algo espectacular. Y por último por la mañana preparar el banquete para que los huéspedes desayunen, requiere paciencia más que nada, hacerles entender que están en un HOSTEL y no en un Hotel All Inclusive, todos lo saben pero a veces algunos lo olvidan..
En definitiva esas son más o menos las tareas a cubrir, por lo general, en un Hostel. Y como voluntario uno no trabaja más de 5 u 6 horas por jornada, con uno o dos días libres a la semana. En nuestro caso eran 5 horas por jornada con dos días libres, con desayuno incluído que es el mismo que consumen los huéspedes y es bien completo.
Teniendo esto como contexto viene la mejor parte, las personas que conocimos; nuestros compañeros eran argentinos, italianos, colombianos, alemanes, etc. y luego los huéspedes de todas partes del mundo. Esto nos permitió compartir experiencias y cultura, aprendimos miles de cosas y formamos una familia. Nos tocó formar un vínculo muy fuerte con algunos de nuestros compañeros, formamos amistades que perduran hasta el día de hoy. Por último la isla; una cultura que en nuestra opinión combina lo más lindo de España y algunos países de Sud y Centroamérica. Es primavera todo el año, literal, no exageramos. Al sur un poco más cálido, seco y un bioma más desértico. Al norte más fresco, húmedo y mucha vegetación. Playas diversas y espectaculares, paisajes increíbles como el Parque Rural de Anaga y el Parque Nacional del Teide. Tenerife lo tiene todo, un verdadero paraíso.